Viendo Spiderman en la cama de mis padres.
En la casa de mis padres ya no hay cama en mi habitación, pusieron
una cinta de caminar. Están pensando en venderla y mudarse frente
al mar, dicen que esto es un infierno y que vendrían a vernos seguido.
Fui a dormir ahí la noche antes de irnos de vacaciones a la playa. En
Space estaban pasando Spiderman, la dejé de fondo mientras armaba
mi bolso despacio.
Mi papá estaba en la galería en pijama con un
lemonchelo y un habano. Me hizo sentar, repasó los escondites de
la casa y dijo que con mamá coincidieron en cuáles de mis hermanos
serán los delegados para tomar decisiones sobre el futuro de Julia. No
es que ellos sean mejores pero están más informados. Después miró
el jardín emocionado y me dio palmadas en la rodilla. Nos estamos
organizando, dijo. Era de noche pero mamá estaba en la huerta con
una linterna.
¿Seguís saliendo con ese chico? Le dije que no. Yo no tengo nada
en contra de los judíos, reflexionó. Te digo más, me parece bárbaro.
Hizo una cuenta en la que él había superado por un año la esperanza
de vida en la argentina y por cinco años la esperanza de vida de un
profesional. La hemos pasado bien, concluyó. Asentí e hice círculos
con el dedo en un plato de maní.
Un cuento de mi primer libro ‘Hay que tener una mesa larga detras de una pila de leña para almorzar en los días soleados con tus hijos en Ray Ban’. Tambien disponible en inglés.